jueves, 10 de noviembre de 2011

Desayunos con galletas.

Y se dio cuenta de que la vida no era eso. La vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volver a levantarse; la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, y abrazarte a quien te abrace y a quien no te abrace pues no te abrazas y punto, y no pasa nada. Porque después de todo los ordenadores se rompen y las relaciones se terminan. Lo mejor que podemos hacer es reiniciar y respirar. Tantos caminos, tantos desvíos, tantas opciones, tantos errores... Bienvenidos a la era de la pérdida de la inocencia. Nadie desayuna con diamantes y nadie vive romances inolvidables.

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