lunes, 31 de octubre de 2011

Silencio me hace compañía

Siempre tomo aire antes de salir. Siempre pienso en no pensar en qué pensarás esta tarde. Siempre siento que todo el tiempo del mundo es poco para cansarme de ti. ¿Cansarme de ti, he dicho? Como si esa expresión significase algo para mi corazón. Cuando sonríes, me cuesta hacerme a la idea de que sea gracias a mi. El día en el que encuentre una razón de peso por la que me hayas elegido a mi, el mundo dejará de ilusionarme. Y es que cuando sonríes el mundo se detiene, y todos los ojos se te quedan mirando... Al menos mi mundo, y mis ojos. Claro, que desde hace un tiempo no conozco otro mundo que no sea mi mundo. Y tu mundo. Aunque tu mundo y mi mundo, se han juntado, se han removido, mezclado y unido en uno solo. De los dos.
Porque mi casa es tu casa. Mi cama, tu cama. Mi aire, el tuyo. Mi sonrisa, la tuya. Mis pensamientos, los tuyos. Yo soy tú... quiero ser tú. Déjame ser tú. Sin embargo, la euforia que siento cuando me haces cosquillas no es comparable con la que sentí en nuestro primer beso. A las 6, aproximadamente. El día, ya lo sabes tú.
Soy tonta. Ya lo sé. Ya lo sabemos todos. Me enfado porque alguien nombra a alguna otra, y no me doy cuenta de que esas otras ahora soy yo. Que el presente es lo que queremos y que en tu presente estoy yo. Perdóname, por ser tan cría. Por no llegarte a la suela de los zapatos. Por tener tantas cosas que decirte y no ser capaz de decirlas. ¿Por quererte más de la cuenta? No te pido perdón. Así, cuando te falte amor, podrás coger las dósis sobrantes que yo te ofreceré siempre.

1 comentario:

  1. Me volvió loca la entrada. La manera que tienes de decir las cosas...****_____**** Amo el blog ♥

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